La dislexia es la alteración de la capacidad lectora, por la que quien la padece confunde el orden las letras, sílabas y palabras, esta alteración acaba incidiendo en disgrafía (dificultad en la escritura) y disortografía (dificultad con la ortografía).
El principal inconveniente de esta alteración es que es difícil de detectar en edades tempranas y esto puede acarrear un incorrecto desarrollo de las habilidades de lecto-escritura, un problema que puede ser solventado con una detección a tiempo y la aplicación de una metodología de enseñanza adaptada. A este inconveniente se le suma la falta de preparación del profesorado, que adolece de directrices metodológicas que les permitan adaptar la enseñanza a los alumnos que padecen esta alteración.
Esta situación arroja cifras que deben ser tomadas en consideración. El 40% de la totalidad de abandonos escolares padecía dislexia. Se trata de una alteración que de no ser atendida de de manera adecuada genera un gran nivel de extrés en los niños, que se ven retrasados en el aprendizaje respecto a sus compañeros ante, en ocasiones, la actitud agresiva de sus profesores que no están al tanto o no entienden en qué consiste esta alteración. No se trata de una alteración infrecuente. Según las estimaciones entre un 10% y un 15% de la población padece en mayor o menor grado esta disfunción.
¿Cómo es tener dislexia y porqué supone un problema serio para el aprendizaje?
Existen varios estudios que intentan poner de manifiesto la problemática, entre ellos la más significativa es la tipografía desarrollada por Daniel Britton, que permite que el lector se ponga en la piel de un disléxico y que entienda la sensación que transmite.
Imaginemos como se vería un texto percibido con esta tipografía que emula la percepción de un disléxico.
Estos dos textos permiten una aproximación a la dislexia y a la realidad que supone para quien la padece.
La detección temprana es fundamental para poder intervenir en los casos de dislexia a tiempo, para ello la inestigadora española Luz Rello está a la cabeza de un equipo que ha desarrollado dos programas que son de gran interés.
Por una parte está Piruletras, una aplicación que mejora la capacidad para deletrear y escribir de niños con dislexia. Todo un avance para trabajadores sociales.
Y por otra está Dytective, un juego en desarrollo que está ideado para identificar personas con dislexia. Esta aplicación se puede usar a partir de los tres años y tiene una tasa de acierto superior al 80%, desde la organización sin ánimo de lucro changedislexia.org hacen un llamamiento a usar la aplicación a todas las personas que padezcan dislexia para, de este modo, disponer de más datos sobre la efectividad de las pruebas de este juego y así disminuir su error estimado. De este modo esta aplicación podría convertirse en un indicador temprano de los casos de dislexia en el colegio, permitiendo una pronta reacción que mejore la calidad educativa de los niños disléxicos.
