En primer lugar, debemos escuchar, darnos a conocer y cuando ya se encuentren las bases establecidas abrir los temas para negociar.
Ten en cuenta que nunca se debe discutir una sola cosa, sino que aborda varios temas como la posibilidad de ascenso, el salario, las responsabilidades, el horario. Si te centras solo en una parecerá que lo demás no te importa y puede ver como algo negativo hacia ti.
Un aspecto que no se debe dejar pasar es la cifra de los más de cuatro millones de parados que hay en el país, según datos proporcionados por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), esta cifra también la tendrá en cuenta la empresa a la hora de establecer tus condiciones laborales y el salario.
Pero esta no es razón para aceptar las condiciones que te establezcan sin más, si ambas partes no quedan satisfechas es recomendable negociar.
Antes de la entrevista
Se debe investigar todo lo posible acerca de la empresa, el sector que trata, cómo de importantes es la empresa en el mercado o quiénes son sus principales competidores.
Cuanto más aprendas de la empresa antes de la entrevista mejores respuestas sabrás proporcionar al entrevistador.
Durante la entrevista
Una vez estemos sentados delante del entrevistador, es cierto que todo no será como se tenía previsto pero si te habías planificado la entrevista de antemano irá bien.
Lo mejor es mantener la calma e ir contestando a lo que se te pregunte, e ir introduciendo los temas que deseas comentar.
En algunas ocasiones, en lugar de hablar de salario, el entrevistador suele preguntar que cuáles son tus aspiraciones salariales, lo mejor es no dar un cifra concreta sino comentar que dependerá del horario y de la responsabilidad laboral, y si es necesario dar una cifra intentaremos establecer una franja salarial.
