Una de las preguntas más típicas que se realizan en las temidas entrevistas de trabajo, es sobre tus puntos débiles. De las preguntas más complicadas de responder. La realidad es que todos, por mucho que intentemos no aparentarlo, tenemos puntos débiles.
Pero ¿Cómo respondemos a esta cuestión sin llegar a perder el puesto?
La mayoría de los candidatos piensan que respondiendo un no tengo puntos débiles o no sé cuáles son es una buena solución, pero sin embargo, este tipo de respuesta puede ser la causa de haberte descartado del proceso debido a falta de sinceridad. Así que recuerda, en ningún caso menciones que no cuentas con puntos débiles.
Los reclutadores de personal afirman que suelen hacer esta pregunta para observar si el candidato se conoce a él mismo, sabiendo cuáles son sus puntos débiles y cómo los afronta, al igual ocurre con las fortalezas.
Entonces, ¿Cómo se debe responder? Según los encargados de selección de personal, la mejor forma es decir alguna de las debilidades y acompañarlo con una forma en la que tratas de corregirlo. Te ponemos un ejemplo:
Una persona que sea bastante impaciente podría decir lo siguiente ante esta cuestión:
- Mi mayor debilidad es la impaciencia, quiero lograr las cosas con demasiada rapidez pero trato de ver las cosas desde otros puntos de vista, con dedicación y más detenidamente.
Te dejamos otro ejemplo, para que no te queden dudas:
- Soy demasiado exigente, tanto con el trabajo de los demás como con el mío propio, me gusta que las cosas se hagan correctamente, llevarlo todo al día pero trato de ponerme en la situación de los demás.
Esperamos que este consejo te haya ayudado y que puedas responder esta pregunta sin problemas.
